domingo, 17 de febrero de 2013

Heridas




Iba tarde como de costumbre, tan tarde que no se había dado por enterada de la fina capa de agua que cubría las aceras y con la que acaba de resbalar, iba distraída como siempre con la mente pensando millones de cosas “eso es lo qué pasa cuando estas sobresaturada de problemas” se decía, como si eso fuera una buena justificación, con prisa entro al café, su escondite desde que lo había descubierto hace mucho tiempo. Sin más nada que un humor de perros se sentó en la última mesa como siempre, saco su libro pidió un café y dejo que su mente volara con cada una de las líneas del libro que tenía entre sus manos, de repente sintió que algo se movía frente a ella  y allí estaba el,  tan guapo como siempre, tan lleno de vida y del coraje que le hacía falta en su vida. Con sus ojos llenos de incredulidad le dijo ¿Qué haces aquí? entonces fue cuando mirándola a los ojos le dijo estoy aquí por ti, porque estoy harto de tu inconformismo, de tu poco coraje y de tu falta de ganas de vivir, porque todo te da miedo y justificas ese miedo echándole la culpa a los demás. Tienes que dejarlo ir, no pienses en lo que tienes por dentro, no molestes ese dolor, solo deja que tu corazón se acostumbre a ese vacío y con el tiempo tus heridas sanaran. Recuerda que para que las heridas sanen debes dejarlas de tocar antes de que las hagas sangrar de nuevo.  

2 comentarios:

  1. Tienes razón, si no dejas ir las cosas no se van a terminar de ir nunca, pero claro, hay que estar suficientemente conciente para dejar de tocarlas y dejarlas marchar. Es difícil, lo sé.. :(

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    1. Tienes toda la razón es muy difícil hacerlo solo queda ser perseverante, gracias por siempre estar por aquí :)

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