lunes, 27 de junio de 2016

Errores


Pasamos nuestra vida conspirando y trabando nuestra propia felicidad, nos colocamos barreras y cuando vemos que estamos a punto de entregarlo todo por amor, salimos huyendo, cual prófugos. Vivimos esperando que alguien nos salve, que nos rescate de ese vacío en el que estamos, cuando el que tiene la obligación de salvarte eres tú mismo. Nos encanta quedarnos anclados al pasado por temor al futuro, sin darnos cuenta que estamos dejando que el presente se nos escape, por eso preferimos soltar al amor, antes que vivirlo. Sin saber que soltarlo es despedirlo y toda despedida siempre acaba por destruirte un poco más.

La duda de no saber si estás haciendo lo correcto es un peso en la espalda con el que pocos pueden cargar. Dejamos que el monstruo que llevamos por dentro salga a flote a destruir la felicidad antes que atreverte a enfrentarlo. Porque siempre será más fácil echarle la culpa al otro que admitir que tú eres el culpable.

No eres capaz de reconciliarte contigo mismo, al contrario, prefieres dejar que el otro se enfrente a tus miedos y  lleve tus complejos en su espalda. Sé que hay cosas que te encantaría escuchar que nunca te dirán, sé que hay planes que nunca saldrán como tú quieres y sé que existen diversas situaciones que llegan a cambiarte la vida. Algunas te golpean y otras le dan un rumbo a tu destino. Lo importante, es nunca rendirse ante el miedo, la decisión final siempre estará en tus manos, y una vez que decides, nada vuelve a ser igual.


Nunca te rebajes ante el miedo y más si estás dispuesto a tratar de superarlo, nunca te rindas si aún sientes deseos de luchar, nunca le digas a nadie “no te amo” si sabes que no lo podrás soltar. No vas a poder andar feliz por la vida hasta que no asumas tus errores, tus miedos y complejos y trates de reparte a ti mismo, porque si tú no lo haces nadie más lo hará por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario