lunes, 30 de diciembre de 2013

Hasta siempre.



Tú fuiste un estado pasajero al que no quiero ni debo regresar. Por eso esta vez, no empaque mis cosas, te las regalo con todo y lazo. Me voy desnuda de sueños, de esperanzas y sin ilusiones, esta vez me voy vacía. Pero te he dejado sobre la encimera una lista con todas tus promesas rotas junto con la camisa tuya que solía colocarme, ah y también te he dejado una brújula (acéptalo como regalo de na{vida}d, espero que puedas encontrarle la dirección correcta a tus acciones). Quiero decirte que en el camino me he encontrado con pedazos de nosotros pero no he podido detenerme, lo siento, me aterra volver a encontrarte, yo ya no puedo quererte. He notado que es tu costumbre tener los sentimientos alquilados, un día aquí, otro día allá. Sé que no hay vuelta atrás, que no podremos volver a encontrarnos como ayer. Para nuestro alivio ya no habrá más diciembres para celebrar juntos. Debes saber que el olvido está a la vuelta de la esquina, que si bien he tratado unas cuantas veces de mirar atrás he desistido. 


Espero que esta vez seas sincero contigo mismo y admitas que ya no se puede hacer nada cuando lo que unía nuestras almas, termino por estrangularnos. No me busques, me fui. 

Te dejo esta ultima entrada, acéptala, es toda tuya.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Hoy se vuelve nada


Como aquella carta que no te envié.
Como aquello que él nunca me pudo decir.
Como todos los silencios que nunca pudimos romper.
Como aquellos espacios en blanco que no llenamos.
Como aquel nudo en la garganta que ninguno pudo desatar.
Como las sogas que ataron nuestros pies.
Como todas las distancias que trazamos.
Como nuestros ojos que nunca se encontraron.
Como nuestros labios que nunca se tocaron.
Como el viento que borró las palabras.
Como todo eso que hoy nos llevó del todo al nada.


"Los dos permanecieron en silencio, detenidos, absortos. Mirando cómo su historia terminaba."
 

martes, 3 de diciembre de 2013

Dígale


Dígale que ya no le quiero. Que finalmente he dejado de pensar en él. Que su ausencia ya no duele. Dígale que alguien más ha llegado a reconstruir los pedazos de mí que el dejo. Dígale que su huida ya no la detiene el reloj. Que mis días comienzan a ser más tranquilos. Que nuestro tiempo ha terminado. Que he logrado pasar la página. Dígale que he emprendido otro camino sin él. Que otras tierras nos esperan, que su mirada ya no me debilita. Que mi corazón ya no se agita. Y que mi piel ya no desea sus frías caricias.

Dígale que ya no puedo verle. Que el miedo me ha cegado y que sus dudas me han vendado.
Y si usted lo llega a ver, dígaselo todo…por favor.