Antes cuando me decía que sí, yo decía que no. Y si
me decía que no, yo decía que sí. Cuando yo quería no se podía y cuando se
pudo, ninguno fue capaz de querer. Nos pasamos mucho tiempo yendo y viniendo,
esquivándonos hasta el punto de sortear el tiempo y aun así no pudimos
encontrarnos. Y así, han pasado dos inviernos y no he podido dejar de pensarle.
El tiempo pasa de prisa y ahora que me he fijado, nunca fuimos por el mismo
camino. Existen personas que por más que ambos quieran, nunca se puede. Y a uno
solo le queda sentirlas en los escasos recuerdos. Suspiro al recordarle en
plena calle, escuchando una canción o leyendo un libro. Suspiro tomando té,
café o vodka, para mí el resultado es el mismo; todos son opuestos, como tú y
como yo, pero que bien le hacen a mi vida. Aquí aun existes, en los lugares en
donde quisiera que estuvieras. Y si bien, ya no vamos por el mismo camino, hay
algo que siempre nos hace coincidir y ese constante coincidir de pensamientos
nos hace estar juntos aunque siempre estemos en caminos opuestos.
domingo, 31 de enero de 2016
domingo, 24 de enero de 2016
Otra vez
Nueve mil ochocientas setenta y cuatro vueltas en la cama. Tres tazas y media de té. Veintinueve suspiros. Infinitas gotas de lluvia ruedan por mi ventana. Irremediables ganas de correr. Tengo frió pero contradictoriamente no quiero cubrirme. Otra noche más de insomnio. Y no consigo nada del otro lado de la cama. El corazón latiendo a mil por hora. Las ganas de desaparecer un millón de recuerdos. Nada es suficiente. Paradoja de la vida que aun viviéndola no me deje vivirla tranquila. No quisiera que nadie estuviese en mi lugar. Quisiera alejarme un poco de todo. Bloquear mi memoria de cualquier recuerdo. Dejar ir. Perderme y que nadie me encuentre. Pero no siempre se obtiene lo que uno quiere.
Y mañana será otro día y yo, seguiré siendo la misma.
Otra vez.
lunes, 11 de enero de 2016
Lo que se
Yo sé muy bien lo que se siente querer a alguien que
no es para ti. Y tener que pararse a mitad del camino porque no queda nada más
que recorrer. Sé muy bien lo que es tener que soltarse despacito para que no duela
la caída al salir de la vida de alguien más. Sé que significa cuando todo
comienza a desvanecerse. Cuando las mentiras, la desconfianza y las traiciones
pesan más que cualquier otra cosa. Cuando se remplazan los lindos recuerdos
ligados a una persona por lágrimas y dolor. Sé muy bien que es tener que
renacer porque no queda otra opción. Se bien lo que significa estar perdida/o
en un lugar que antes era conocido. Se lo que es estar en medio de las vertientes
del desamor. Sé muy bien que es estar recordando su voz cada 5 minutos. Sé que
es caminar sola/o porque ya no tienes ninguna mano a la cual sujetarte. Y sé
que es que el único cordel que aparentemente no quería soltarte comience a estrangularte
llegando al punto en el que tienes que romperlo quedándote en medio de la nada.
Yo sé muy bien lo que se siente eso, al igual que lo
sabes tú.
miércoles, 6 de enero de 2016
Contradicción
Todo es mentira. Eso lo sé. Disculpas disfrazadas de
excusas que buscan transformarse en verdad. Explicaciones que no tienen sentido
pero que de tu boca suenan lógicas. Todo es una farsa que transformas en
realidad. Lo malo, es que quiero creerte. Quiero creer en tus razonamientos sin
sentido, en la escasa muestra de inocencia que no se termina de ir. En los días
que prometes y las noches que no cumples. En lo contradictorio que es estar
sintiéndome libre en un sitio donde no me dejas caminar. Todo es una mentira
que de tanto repetirla comienza a hacerse realidad. Comienzo a creerte y la
mentira deja de ser enemiga. Es un bunker. Es un ápice de esperanza. Es el
privilegio que me permite fantasear con lo que se me ocurra, caer en tu juego, que
aparezcas allí y simultáneamente desaparecerte. No estás cerca, ni quiero
creerte. Pero si estás cerca y contradictoriamente te quiero creer.
Pero así somos, contradictorios y con memoria selectiva.
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