sábado, 31 de octubre de 2015

Decir adiós

                                     


Estoy acostumbrada a alejarme de las personas en silencio. Despidiéndome sin avisar y alejándome de ellos. Nunca se dan cuenta cuando digo adiós, porque hago tanto silencio que tienden a pensar que estoy distraída. Están tan absortos pensando cual es el destino y que quieren hacer al llegar, que no se fijan por lo que está pasando su acompañante. Y no los culpo, las personas tienden a darse cuenta muy tarde que me he ido. Lo notan una vez que ven el frió en mis ojos o cuando mis abrazos han sido negados. Lo notan cuando voltean hacia atrás y no me ven en el camino. Estoy acostumbrada a alejarme de las personas en silencio, pero al menos tengo la valentía de hacerlo. No finjo sentir amor donde no lo hay, no se quedarme en un lugar en donde no encajo y no voy intentando rescatar algo que nunca existió. No lo veo como cobardía, pienso que uno se aleja de alguien mucho antes de decirle adiós. 

Sea como sea, me despido de ellos en silencio y nadie puede reprocharme lo que he hecho, porque todas esas personas se han ido primero y el ruido con el que lo han hecho a dolido más que el silencio con el que yo me he despedido.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Se busca


Despierto y no recuerdo cuando fue que la vi por última vez, solo sé que estoy respirando rápido, que mi corazón parece latir a mil por hora y que no hay nada más perturbador que los sollozos que escucho a mí alrededor. Creo que son de ella. Y la veo, acostada en su cama, respira rápido como si estuviese teniendo una pesadilla. Entonces recuerdo todo en cámara lenta, parece que hubiese sido ayer cuando caminaba a la par con ella, pero es que le he perdido de vista tantas veces que aunque su ausencia ya es normal, todavía no me acostumbro a vivir sin ella. La otra vez, recuerdo haberla visto maquillándose frente al espejo. La vi y por primera vez en mucho tiempo ella me vio. No hizo nada. Creo que no recuerda que he vivido con ella los peores momentos de su vida, que siempre he estado cerca, incluso cuando se coloca los audífonos e intenta olvidarse del mundo que existe a su alrededor. No puede hacerlo. Le pesan los hombros y le duele cada costilla al respirar. Ella cree que puede hacer todo y la verdad es que sola no puede. Esta pérdida, ida, atolondrada. Y eso me preocupa. Es triste que este así, ya no sé quién es. La estoy viendo de cerca, muy cerca, tan cerca que casi puedo tocarla. Le pido que regrese, pero ella no quiere.

(Y yo no sé si quiero regresar, aunque confieso que me extraño mucho, identidad.)


miércoles, 7 de octubre de 2015

Ya


Ya amé a quién no quería amar. Ya amé a quién no me quiso amar. Ya mire tantas veces a la nada que ya la nada se transformó en todo lo que miro. Ya me aferre a los brazos de alguien por miedo. Ya sentí tanto miedo que no siento mis brazos. Ya pase noches llorando hasta quedarme dormida. Ya me he ido a dormir tan contenta que no he podido quedarme dormida. Ya aprendí que la perfección no existe. Ya conocí a mucha gente que dice ser “perfecta”. Ya ame a personas que me hirieron, ya herí a personas que me amaron. Ya pase horas frente al espejo buscando una respuesta en mi reflejo sobre quien soy. Ya tuve esa respuesta tantas veces que ahora tengo la duda si soy real o no. Ya dije mentiras y me arrepentí en su momento. Ya fui sincera y de eso, también me arrepiento. Ya he fingido no darle importancia a lo que dicen los demás. Ya he pasado noches pensando en lo que piensan de mí los demás. Ya solté lágrimas de absoluta tristeza, ya solté lágrimas de absoluta felicidad. Ya fui imprudente tanto como para odiarme. Y ya fui prudente tanto como para arrepentirme. Ya tuve ataques de risa cuando no debía reír. Ya fui una niña regañada por un adulto, y ahora me ha tocado ser un adulto que regaña niños. Ya extrañe mucho a alguien y nunca se lo dije. Ya calle cuando debía gritar. Y ya grite cuando debía callar. Deje de decir lo que realmente pensaba solo por agradar a los demás, otras veces hable lo que pensaba para molestar a otros. Ya fingí ser lo que no soy para encajar en un grupo y ya soy lo que soy para no encajar en ningún grupo. Ya me he caído infinidades de veces. Ya he aprendido a levantarme a pesar de los rasguños. Ya estuve sumergida en la oscuridad estando completamente sola, y ya la oscuridad y yo somos mejores amigas. Ya soñé tanto a tal punto que termine perdida en un sueño sin fin. Ya tengo la certeza que uno nunca termina de escapársele a la realidad. Ya le escribí con quien no quería hablar solo para no hablarle a quien quiero. Ya necesite tanto un abrazo a tal punto que ya no sé si pueda dar alguno…Ya tuve tanto miedo al punto de desear la muerte y ya el miedo tuvo tanto miedo de mí, que deseo su propia muerte.

Así que ya saben, a mí no me vengan con charlas motivacionales sobre el deber ser, sobre reprimir lo que siento o sobre demostrarlo. Porque ya he pasado por todo eso antes y lo hice sola. Ya no se ir por la vida diciendo mentiras, ni inventando historias solo por agradarle a los demás. Ya no se fingir amor donde no lo hay. Ni simpatía donde hay hipocresía. Ya no se caminar si no es volando y no me digan que me apegue a una estricta forma de ser, solo por no desentonar con el sistema. ¿Quién inventó el sistema? Para decirle que ya no se fingir lo que no soy. Ya tengo la seguridad de saber quién soy, tanto como que ya sé que no seré esta versión de mí por mucho más tiempo del que llevo siéndolo.