viernes, 12 de agosto de 2011

¿Tú Crees que mereces ser feliz?



¿Te lo mereces en serio?

Esta es una pregunta clave y su respuesta es la del millón de dólares sin embargo la respuesta que muchos dan, lamentablemente, no es obvia. No todos pueden responderla positivamente porque se enfrascan en los conceptos que ya tienen de la felicidad. La mayoría de las personas que sienten que no pueden o no logran ser felices viven en esa situación porque lo que en realidad creen es que no merecen ser felices. No importa cuántos buenos intentos realicen, cuantas cosas pasen para intentar lograrlo, no importa cuántas ganas tengan. No logran ser felices porque están atrapadas en esa estúpida idea “NO VALGO LA PENA” “ME ODIO POR SER COMO SOY” “SOY UN BUENO PARA NADA” ese es el error que apenas les permite respirar.

Desde que somos pequeños se nos dicen que debemos esforzarnos para poder ser alguien en la vida. Ese “ser alguien” para mí se relaciona con una profesión, un título con la educación, con una posición social y económica. Nunca se le ha visto relacionado con la necesidad de ser verdaderamente feliz…. Se relaciona con tener y no con ser. Con hacer y no con realizarse como persona.

A mi “María Gabriela” nunca llegaron a decirme “tienes que entender quién eres, tienes que descubrir para que estas aquí, tienes que hacer lo que crees que viniste a hacer, tienes que ser FELIZ”

Pero cuando le tratas de explicar esto a alguna persona si nunca se le ha dicho es peor porque viven con el autoestima baja, con fobias y muchos miedos: miedo a salir lastimado si amamos sin reserva, miedo a decir lo que pensamos y que en medio de los “YA CALLATE” “ESA IDEA ES HORRIBLE” se pierdan nuestros pensamientos, miedo a decir “ ESE ARTISTA ES A QUIEN ADMIRO” y salga alguien a decirte que no sirve o no vale la pena ¿Por qué TÚ lo dices no vale la pena? ¿Tú quién eres para decirme lo que me tiene que gustar o que no?, deambulamos como una hoja sacudida por el viento, doblada llena de rayones… rasgada y magullada por el paso del tiempo y es entonces cuando creemos que si hoy alguien nos quiere la vida tiene sentido y si mañana ese alguien deja de querernos, no vale la pena vivir y seguir adelante con nuestros sueños y es así como nos convertimos en un eterno discapacitado emocional.


En este plan vivimos dependiendo de algo que nos estimule externamente, necesitando que te quieran, que te acepten, que piensen bien de ti para que tu propia vida pueda seguir adelante. NADIE puede ser feliz de ese modo.

Entendiéndonos a nosotros mismos entenderemos a ese “Extraño” mundo que nos rodea…


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