lunes, 9 de noviembre de 2015

Ausencia

Sí, es cierto, aun me sigue doliendo que no estés. A pesar de estar acostumbrada al silencio cortante y a la indiferencia que apuñala, me sigue doliendo igual que cuando alguien se aleja a propósito. Y para alejarse no es necesario irse, hay personas que están y al mismo tiempo su mente está a miles de kilómetros. Generalmente uno tiende a culparse ¿Qué hice mal? ¿Qué no hice? Y a pesar de tener la piel salada y mojada por las lágrimas, nunca dejo de sentir el hueco que la gente deja cuando se va y más cuando la huida es apresurada. Nunca dejo de sentir el frió del adiós, de tener la mirada perdida  y del dolor que aun deja el insomnio cuando la causa es por tu nombre. Sí, es verdad, me duele que no estés pero no te quiero de regreso, finalmente he entendido que hay personas que es mejor quererlas de lejos, que es mejor abrazarlas a la distancia, dejándoles en claro que siempre le desearemos lo mejor pero que nuestros caminos ya no deben estar unidos. Pero cuesta tanto desacostumbrarse que la tarea se vuele difícil pero nunca imposible.

Una vez más todo este montón de ausencias transformadas en palabras tienen nombre y si, la respuesta eres tú.


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