lunes, 12 de marzo de 2018

Secreto fallido



Aún llevo a cuestas muchas cosas que me matan y no se las he dicho a nadie. Aún guardo recuerdos dolorosos y oscuros, que me hacen daño una y otra vez. Dejarlos atrás es uno de los actos de valentía más difíciles que nunca me he animado a hacer.

Todavía conservo un baúl lleno de secretos, un ropero lleno de malos momentos, memorias agradables y otras que no valen la pena recordar. Quizás sea masoquista y autodestructivo quedarme viendo a la nada mientras pienso en todo aquello que nunca fue, pero probablemente, algunos secretos se esconden tan profundo en nuestra alma que difícilmente pueden ser expuestos a la luz.

 Sí, es cierto, llevo un kilómetro de cosas guardadas que pocas personas se han animado a conocer. Millones de cicatrices que la luz del sol aun no toca en mi piel. Y cada vez que comparto alguna de ellas, un pedazo de mi alma se funde con el de aquel que conoce mis secretos. Vivo una vida a contracorriente del deber ser. Quizás no me he animado a nada o quizás he vivido tanto que ya me cansé de todo pero sé que a veces, el alma se fragmenta, se divide en pequeños secretos que se guardan en la memoria de los demás.

Y eso es lo que soy, un secreto fallido habitando en la vida de los demás.

- Gabriela Infante


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