Es imposible olvidar el olor de la melancolía, si lo recuerdo todos los días de lluvia.
Algunas veces, la suerte está de mi lado y el sol me hace olvidar el invierno que habita en mi interior. Así es como logró llenarme de primavera y no extrañar demasiado lo que ya no está aquí, en mi camino.
La sensación de nostalgia es imposible de olvidar, al igual que los recuerdos, los momentos, el mar, y mucha gente. Esa es la única forma en la que reír y llorar cobra sentido.
Porque estoy hecha de recuerdos que marcan cada límite de mi ser. Soy cautiva de momentos fugaces, de mis memorias pérdidas y de un sinfín de sueños que aún tengo que cumplir.
Y no es que viva triste, es que me inunda la nostalgia y el tiempo que pasa demasiado deprisa para mi gusto. Y así, la lluvia se cuela por la ventana de una habitación vacía en la que a veces estoy atrapada.
Algunas veces, la suerte esta de mi lado y me evado a mi misma, me refugio en canciones, en libros, en fotografías viejas, en aventuras que deseo realizar y así, solo así, el olor a lluvia deja de saberme a nostalgia.
Y así, solo así, veo la lluvia marcharse mientras abre paso al sol.
- Gabriela Infante
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