jueves, 27 de abril de 2017

Culpable



Llego el día en que finalmente, aprendí a convivir conmigo, a estar sola, a ser siempre mi primera opción. Conocí a muchas personas, ha algunas la vida me las quitó, a otras las aleje yo, unas terminaron muriendo, y a otras las tuve que asesinar yo.

Y lo admito, soy culpable. Culpable por matar el recuerdo de quienes supuestamente me amaron y me rompieron el corazón, culpable de asesinar a quienes me torturaron las ideas hasta hacerme perder la razón.


A esos que destrozaron todo, a quienes no dejaron nada y aun viéndome devastada en el suelo se atrevieron a  pisotear mis poemas y a robarme la inspiración. A esos los maté yo. Aniquile el recuerdo  de amigos que siempre prometieron estar conmigo y se fueron. A cambio de eso, decidí quedarme con unos pocos que jamás me abandonan.

Yo nunca quise hacer daño a propósito pero entre ellos y yo, me elegí a mí. Yo si supe ordenar mis prioridades. Llegue al punto de cansarme de todo y de todos, así que decidí borrar cualquier rastro posible de mi agenda, de mi diario, de mi amor.

Me dediqué a cerrar cada herida, a brindar por las oportunidades y a celebrar lo verdadero y leal que tengo.  Aleje todos esos demonios, porque ninguno se merecía mi amor, no después de haberlo pisoteado.

Sí, soy culpable, los asesine a todos a costa de olvido. No lean consternados porque todo lo hice en defensa propia.

Sí, yo tengo la culpa absoluta, pero antes de usted juzgarme debe saber que a todos los amé en determinado momento, hasta que me cansé de lo mismo y el olvido fue la única arma que encontré para asesinar sus rostros de mi mente.

Sinceramente, nunca creo que sea capaz de lastimar a nadie más que con olvido, porque yo no soy como ellos, yo soy yo y lo admito, la asesina de recuerdos que tanto busca, soy yo.
 - Gabriela Infante.

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