domingo, 10 de abril de 2016

Volver a casa

De alguna forma siempre se vuelve. Siempre se cruza la delgada línea que separa el ahora con el ayer. Sin importar cuando tiempo lleves intentando dejar todo atrás, la imprudente torpeza de querer revivir lo que ya pasó te gana. Quizás sea adrede o quizás no. Uno sueña o abre la mente y vuelve. Vuelves a recordar lo que eras, lo que fue, lo increíble que fueron aquellos días aunque en este momento sean recuerdos con sabor a nostalgia. O puede que solo recuerdes el dolor y lo mucho que te costó salir de eso, porque lo contraproducente de recordar las cosas buenas es que las malas se vienen detrás. Vuelves a casa aunque sea por cinco minutos o un poco menos. Revives todo y hasta te tomas el atrevimiento de preguntarte ¿Qué hubiese pasado si…? Pero él hubiese no existe. Sonríes. Lloras. Sufres. Te quejas. Pero aunque el masoquismo es más grande, a veces es bueno recordar, creo que te hace caer en cuenta lo que has logrado y como dejaste eso que te hizo mal atrás. La vedad es que no lo sé, pero a veces recordar y volver a casa es bueno aunque no se sepa el porqué.

No hay comentarios:

Publicar un comentario