viernes, 29 de marzo de 2013

Turista



Él podría dedicarse al turismo, sacarse un 20 dibujando los límites del cuerpo de ella, escribir cada una de las coordenadas de sus piernas, tantear con sus manos cada uno de sus huesos, contar sus lunares al norte y al sur de su espalda, aspirar su aroma como oxígeno todas las mañanas. Dejar aún lado todo el trabajo por estar haciéndole garabatos en su abdomen con las manos. Jugar con sus pestañas y darle unos cuántos besos a sus labios. Mentirse a sí mismo por unas horas diciéndose que no dejaría todo por ella. Ahí está el recostado en su cama pensando en todas las veces que le costó volver a casa, todos esos boletos de avión que no fueron utilizados por él; ese " turista desvergonzado" como ella lo llamaba que sólo buscaba estar abrazado a su lado y que hoy ya no lo hace por escoger aquello que materialmente le da todo pero emocionalmente lo hace polvo; su trabajo.


3 comentarios:

  1. Pues que el trabajo no le quite ese maravilloso tiempo 'perdido', que es muy valioso :)

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  2. Jajaja eso mismo digo yo :)
    Gracias por siempre estar por aquí

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  3. Las cosas no deben durar para siempre para ser perfectas... sí turista al fin y al cabo, pero como todo viaje de turismo... nadie te quita lo vivido.


    Muy bueno!

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