Infinitas

Llega el viernes medio mundo se alegra por la llegada del fin de semana, pero para ella es un día mas en el que actuó por inercia, no sabe lo que tiene, es como si alguien quisiera que ella siempre estuviese triste sin razón, no disfruta, no se ríe, no tiene a nadie en quien apoyarse realmente, la etapa en la que tenia a alguien cerca paso hace unos cuantos meses y con ello trajo mas desolación interior a su “llena vida”, ya se sabia esta historia de memoria, había pasado demasiadas noches de los viernes charlando con sus infinitas amigas, tenia que verlas.

Sabe que ya es muy tarde para andar tan sola por esa zona pero también sabe que necesita olvidarse de ser persona y charlar con todas ellas, ellas que siempre están enterándose de todo sin decir nada, se recuesta en ese frio banco de cemento y las mira como siempre lo hace, una lagrima se escapa de sus ojos, ahí están sus queridas estrellas, desde ahí parece que todo lo que esta a su alrededor no existe, ella solo intenta respirar tranquilamente como si agradeciera a quien sabe cada suspiro que de sus labios escapan, recibiendo las caricias del viento, sintiendo que con cada suspiro se desvanecen sus temores y sus problemas. Ahí esta lo que mas valora en su mundo, sus estrellas, esas de las que ella se adueño una noche en la que tanto vacío la carcomía por dentro, ahí estaba ella un viernes en la noche del mes de noviembre hablando en silencio con las estrellas, mira el reloj y se da cuenta de la hora, respira una vez mas, cuando llegue a su destino volverá a ser la misma de siempre, "tan pequeñita que es ella y tan grande que son sus problemas".