El pasado está ahí parar recordarnos de donde somos
y porque pesan tanto los recuerdos. Esta allí para enseñarnos a escalar la
montaña y perderle el temor a los errores. Para enseñarnos a disfrutar la
vista. Para hacernos ver que todo lo que reclamamos ayer no sirve de nada si ya
no tienes nada hoy. El pasado está ahí para empujarnos al presente, para
vivirlo, para disfrutar las segundas oportunidades. Para remendar los daños
causados, cerrar las heridas e intentar
contrarrestar las secuelas y para disfrutar la alegría. El pasado no está ahí para
frenarnos, ni para conformarnos con lo poco que hemos vivido.
Esta allí para enseñarnos a aprender
Para saber cuándo debemos desviarnos de la ruta
equivocada
Para explorar
Para tener valentía
Fuerza
Para amar
Para agradecer
Porque el pasado está allí para recordarnos una y
otra vez que no importa lo largo que sea el camino, siempre, hay que recorrerlo
sin rendirse.
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