Pensé que ya había olvidado y superado
lo que era despertar con la falta de aire mientras el corazón se estremece, se
encoje y decide no bombear sangre. Volver a respirar y tener temor de abrir los
ojos porque “la historia” se repita. Pestañear y sentir cono
escuece la humedad en mis ojos. Darle los “Buenos días” al
cerebro y ser recibida con humillantes memorias negándose rotundamente a
desaparecer, sin darme cuenta las lágrimas florecen y el dolor me vuelve
a invadir, me encojo por debajo del edredón y me vuelvo pequeñita, aún más
pequeñita de lo que ya soy. Sintiendo en mis venas una profunda impotencia. De
la nada el corazón vuelve a su trabajo normal, solo queda el hormigueo producto
de la falta de sangre y con esto solo piensas en respirar.
Y ahora
que decides volver a la rutina se supone que llega el momento en el que debes
decir “Pasado pisado” y volver a empezar.
Mi consejo es: Aparta el edredón de un manotazo. Salta de la cama. Abre la ventana. Y dibújate un nuevo mañana (a tu gusto, por supuesto) :D
ResponderEliminarUn abrazo :3
http://utopiainthemoonlight.blogspot.com.es/
Vaya pedazo de textazo que te has lucido tia. Mejoras con cada entrada, eso me encanta de ti :)
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