Sí, es cierto, aun me sigue doliendo que no estés. A pesar de estar acostumbrada al
silencio cortante y a la indiferencia que apuñala, me sigue doliendo igual que
cuando alguien se aleja a propósito. Y para alejarse no es necesario irse, hay
personas que están y al mismo tiempo su mente está a miles de kilómetros.
Generalmente uno tiende a culparse ¿Qué hice mal? ¿Qué no hice? Y a pesar de
tener la piel salada y mojada por las lágrimas, nunca dejo de sentir el hueco
que la gente deja cuando se va y más cuando la huida es apresurada. Nunca dejo
de sentir el frió del adiós, de tener la mirada perdida y del dolor que aun deja el insomnio cuando la
causa es por tu nombre. Sí, es verdad, me duele que no estés pero no te quiero
de regreso, finalmente he entendido que hay personas que es mejor quererlas de
lejos, que es mejor abrazarlas a la distancia, dejándoles en claro que siempre
le desearemos lo mejor pero que nuestros caminos ya no deben estar unidos. Pero
cuesta tanto desacostumbrarse que la tarea se vuele difícil pero nunca
imposible.
Una vez más todo este montón de ausencias
transformadas en palabras tienen nombre y si, la respuesta eres tú.
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