Libérate
de la rutina, comienza por hacer tus cosas favoritas, sonríele hasta a los
árboles. Camina, llora (si es necesario) aprecia lo que te rodea y el sitio en
donde vives, hoy estas, mañana quién sabe. Escucha música, cómprate un buen concierto.
Reúnete con tus amigos, familia, pasa tiempo con ellos. Planea un viaje (así no
tengas dinero, sueña) ve a bailar, besa, abraza a quien quieras. Olvídate de
aquellos que te dicen constantemente “no puedes” minimiza sus voces. Come lo
que quieras, deja la bendita dieta a un lado por un día. Canta en la ducha
hasta que tus pulmones no puedan más, por los chillidos, digo. Cambia tus
prioridades y olvídate de todo aquello que no pudiste lograr ayer.
Ah…
y haz todo esto más a menudo.
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