Apaga todo, las luces, el ruido, los miedos.
Quédate, el tiempo que quieras pero hazlo. Llena el espacio vacío entre mis
manos. Sostenme, una vez más. Bésame, recita esas estrofas para mí que solo tú
te sabes. Convénceme de estar allí junto a ti. No huyas de lo que nos hace
bien. No corras más de lo que tanto te escapas. No te resistas. Quiero que sigamos regalándonos
amaneceres y suspiros. Quiero hacer que te quedes aun sin saber la forma en que
puedo lograrlo. Quiero destruirte las dudas y desvanecerte los miedos, hasta
que de alguna forma u otra yo también pueda llenar el espacio vacío que queda
entre tus manos y te quedes.
domingo, 28 de febrero de 2016
martes, 23 de febrero de 2016
No sé si podré volver
No sé si algún día podré volver. No creo que pueda
darte ese amanecer que tanto estas esperando, no sé si sea capaz de bancarme tu
oscuridad, esa que por las noches solo me daba miedo. No me esperes, porque ya
he defraudado mucho al tiempo y he jugado tanto con las causas, que me he quedado sin posibilidades. No esperes que vuelva, ni hoy, ni mañana. No me esperes
porque hay tormentas que arrasan sin necesidad de tocar la tierra. Mi alma es
indetenible y mi terquedad inagotable. No esperes, hace tiempo que me fui, aun
cuando intente estar, realmente no estuve. No esperes que llegue a tocar tu
ventana, porque me canse de hacerlo, me canse de esperar. Si me odias, no es
por mí, soy así desde que me toco esperarte. Durante días que parecieron
años, durante mucho más del tiempo que creí que no podría dar. No me esperes, tú me transformaste en esto, en
una nómada del tiempo, tanto daño causaste que ya no se lo que se siente tener
un hogar. Aprendí que las únicas personas de las que debo huir son aquellas que
no se atreven a ser. No me esperes, me escudo en las pocas cosas buenas que
dejaste y a veces miento para no escucharte. Una vez más, no me esperes. La vida me ha quitado muchísimas
cosas, menos la posibilidad de ser y de comenzar de nuevo, lejos de lo que me
hizo mal.
viernes, 19 de febrero de 2016
Indirectas
Es un boomerang que siempre regresa en contra
nuestra. La verdad es que no sirven de nada, solo para ocultar la verdad. Tocar
la puerta no es entrar. Que nos hace pensar que una simple indirecta va a
abrirnos todas las posibilidades? Es una burda forma de ocultarse, de
esconderse en la zona de confort, de la cual nunca vas a querer salir por
voluntad propia. Lanzas indirectas con la esperanza que la persona se dé cuenta
que “algo” pasa sin que sepa que fuiste tú. Ciertamente no confió en ellas, es
un medio infalible para fracasar con los sentimientos que tenemos hacia alguien
más. Las indirectas pocas veces te darán la respuesta que tanto estas buscando.
Si no se habla de frente y sin rodeos nunca sabremos qué es lo que va a pasar.
La gente no es adivina, no tiene una bola de cristal para saberlo. Si quieres a
alguien pues díselo. Si has dejado de quererle, díselo. Si lo extrañas, díselo.
Si te lastimo, díselo. Si te gusta, díselo. Deja de vivir jugando al escondite,
deja a un lado la mala costumbre de suponer y comienza a ser valiente.
Hoy.
martes, 16 de febrero de 2016
Como me recuerdas (?)
Quisiera saber si me recuerdas y como lo haces. Como
alguien del montón o alguien especial, alguien que pasó desapercibido o como
alguien que le dio un cambio a tu vida. Quisiera saber si me vas a recordar cómo
alguien por quien no quisiste luchar porque estabas roto y perdido o porque no
te dio la gana de hacerlo. Porque nada es suficiente para ti. Tal vez seré lo
que añores cuando tu mundo lleno de descontrol se venga abajo, tal vez seré eso
que añores cuando nadie quiera calarse tus cuentos largos. Quisiera saber cómo
hace uno para seguir cada uno por su lado. De verdad, quisiera saberlo. Yo te
recuerdo como el matiz que le dio sentido a mi vida gris. Pero eso es parte del
pasado. Aun así, sigo en el círculo vicioso de escribirte cosas que jamás vas a
leer, por si el día en que decides recordarme llega a ser hoy.
martes, 9 de febrero de 2016
De amores
Se de personas que tienen amores que duran menos que un suspiro. Que van de corazón en corazón, de piedrita en piedrita buscando en otros lo que tanto les falta. Viven buscando proveedores, personas que llenen la fuente de sus carencias y eso no se consigue. Se de amores que se usan para tratar de tapar heridas, para sentir algo en las manos, para tener algo o alguien de quien hablar. Amores que no son amores, son alfombra, escalera, mueble. Son una estación de tren, de metro o de autobús, son hotel barato. Duran menos de lo que prometen. Buscan encontrar aquello que no saben dar. Son amores de segunda mano, que te duelen con solo mirarlo. Conozco a varias personas que se pasan teniendo ese tipo de “amores”. Fugaces, efímeros, inseguros, el resultado es el mismo: ninguno les dura. Buscan que terceros le den el equilibrio que ni ellos mismos pueden tener. Conozco a alguien que no puede estar solo más de un mes, va saltando de sitio en sitio, de persona en persona. Vive con esa necesidad de buscar en otro lo que no encuentra en él. Dice que ya aprendió, que nunca más caerá en eso de nuevo, que no le teme a la soledad. Pero no hay que ser muy intuitivo para saber que eso no es así. No hay que ser muy intuitivo para saber que un corazón roto y vacío es como un colador en el que todo se va por los agujeros.
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