Él podría dedicarse al turismo, sacarse un 20 dibujando los límites del cuerpo de ella, escribir cada una de las coordenadas de sus piernas, tantear con sus manos cada uno de sus huesos, contar sus lunares al norte y al sur de su espalda, aspirar su aroma como oxígeno todas las mañanas. Dejar aún lado todo el trabajo por estar haciéndole garabatos en su abdomen con las manos. Jugar con sus pestañas y darle unos cuántos besos a sus labios. Mentirse a sí mismo por unas horas diciéndose que no dejaría todo por ella. Ahí está el recostado en su cama pensando en todas las veces que le costó volver a casa, todos esos boletos de avión que no fueron utilizados por él; ese " turista desvergonzado" como ella lo llamaba que sólo buscaba estar abrazado a su lado y que hoy ya no lo hace por escoger aquello que materialmente le da todo pero emocionalmente lo hace polvo; su trabajo.
viernes, 29 de marzo de 2013
martes, 12 de marzo de 2013
María
He decidido hablar de nuevo de María.
A veces ella esta tan enfocada en la búsqueda de su “final feliz”
que no ha aprendido a leer las señales. A darse cuenta de aquellos pocos que se
quedaran y aquellos que se van a ir. Y tal vez su final feliz no incluye a una
persona por completo, tal vez el mismo no depende de nadie más, solo de ella,
por su propia cuenta, recogiendo lo pedazos de esas sonrisas rotas y comenzando
de nuevo, liberándose del rencor, inhalando perdón y exhalando orgullo. Vamos
María qué esperas! suelta esa ancla que te tiene atada al pasado y sigue
adelante. Tal vez aquello que tanto piensas que necesitas lo tienes al frente
de ti, tal vez siempre estuvo ahí, solo que estabas tan distraída que no
prestabas atención. Con el tiempo te darás cuenta que muchas cosas pasan por
una razón: fortalecernos y dejar atrás todo aquello que nos empequeñece, que
nos dificulta el camino, pero sobre todo: aquello que te mantiene atada al
pasado.
"Incluso un perro se cansa de ser pateado"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)